lunes, 23 de abril de 2007

Me duele Aysén

Desde el domingo que no puedo despegarme de las noticias que llegan desde el extremo austral de Chile, que hablan de terremoto, volcán submarino y tsunami.

Pareciera ser que Gaia, aquel sistema vivo u organismo complejo del que me habló hace algunos años atrás un profesor de ciencia política, conformado por la biosfera, atmósfera, océanos y tierra, y que se autorregula para mantener un entorno físico y químico óptimo para la vida en el planeta, se ha vuelto a manifestar de modo implacable, esta vez emergiendo desde el fondo de las aguas del fiordo de Aysén.

Los analistas se preguntan: ¿Pudo hacerse algo para prevenir la tragedia que enlutó a las familias de la zona? ¿Fueron suficientes los esfuerzos y las medidas preventivas tomadas por el gobierno? ¿Sirve de algo la reacción destemplada del alcalde de Puerto Aysén? ¿Aporta algo a la solución del problema el anuncio oportunista de apoyo y visita a la zona por parte de Sebastián Piñera? ¿Es Chile un país centralista que sólo mira hacia Santiago y no toma en cuenta, en cambio, los problemas y necesidades de las regiones?

Mientras estas preguntas siguen rondando por los distintos medios, a mí en realidad lo que me impacta es la historia de los abuelos que murieron con su nieto de 2 años, arrastrados por la ola gigante, o aquella de los trabajadores de la industria del salmón a quienes sorprendió la catástrofe en plena mar y vieron perderse a uno de los suyos.

Vaya entonces, en este momento duro, un sentido saludo y fuerte abrazo solidario para los habitantes de esas bellas tierras, que tuve el placer de conocer por primera vez por motivos laborales hace exactamente un mes, el 22 de marzo de este año.

viernes, 13 de abril de 2007

33

El día en que nací, 13 de abril de 1974, en Chile el Cardenal Raúl Silva Henríquez declaraba: “Hemos dicho a nuestro pueblo, a nuestras autoridades, que no se puede faltar a los principios del respeto al hombre, que los Derechos Humanos son sagrados, que nadie puede violarlos, les hemos dicho en todo los tonos esta verdad. No se nos ha oído”. Ese mismo día, en Estados Unidos, el cuerpo de Charles Horman, asesinado en el Estadio Nacional, fue sepultado definitivamente en el Greenwood Cementery de Brooklyn. En África, un Comité Militar Supremo tomaba el poder en la República de Níger, y la presidencia pasaba a manos del teniente coronel Seyni Kuntché. En la RDA, el equipo de fútbol FC Carl Zeiss Jena le ganaba la final de la Copa de fútbol FDGB al Dynamo Dresden por 3 goles contra 1.

Por wikipedia, me entero de que el
13 de abril es el 103º día del año del Calendario Gregoriano y el 104º en los años bisiestos. También aprendo que varios hechos importantes vinculados a la libertad religiosa ocurrieron en un día como hoy. También asuntos ligados al espacio: el 13 de abril de 1961, el cosmonauta soviético Yuri Gagarin cumplía el primer día en el primer viaje de una persona al espacio, y el 13 de abril de 2029 es la fecha más probable en la que el asteroide (99942) Apophis pase a sólo unos 30000 km de la Tierra. Un día 13 de abril nacieron, entre otras personalidades ilustres, Jacques Lacan, Samuel Beckett, Rudi Völler y Garry Kasparov, y es la Fiesta Nacional de Tailandia, Camboya, Birmania y Bengala. Por su parte, en google descubro que existe un Movimiento llamado 13 de abril en Venezuela, llamado así por la recuperación del poder por Hugo Chávez en el 2002 tras el fracasado intento de golpe de estado en su contra.

Hoy es mi cumpleaños, cumplo 33. Y todo bien, sobre todo después de recibir los primeros abrazos de la mañana de Andrea y de mi hija Marifer. Es curiosa la historia, pues nací a las 4 de la madrugada en
Berlin-Rüdersdorf, siendo que en Chile -por el cambio de hora- aún era un día antes, 12 de abril. Así que podría decir que nací en dos días diferentes.

No encontré la canción apropiada para este día. Dicen que 33 años tenía Cristo cuando murió crucificado. Busqué algo al respecto, pero sólo me encontré una en google llamada "33 años", que es cantada por Julio Iglesias y en mi opinión es tan mala que no merecía siquiera que le hiciera un link acá. Así que, tras pensarlo un poco, les dejo ésta, que sí me gusta, y que tiene relación con el motivo por el cual mis padres me llamaron Pablo. Un abrazo a todos.


"Eran tres" de Alberto Cortez, del álbum "A mis amigos", 1986.

jueves, 5 de abril de 2007

Memoria y futuro

"Hoy puede ser un gran día" de Joan Manuel Serrat, en versión de Familia Valera Miranda, álbum "Cuba le Canta a Serrat", 2005

La memoria es uno de esos fenómenos difusos, heterogéneos, que parecen difíciles de tocar pero sin embargo se sienten en la piel. Está dispersa entre miles y millones de seres individuales, cada cual con su propia estructura de imágenes del pasado, sus propios criterios para decidir lo que recuerda y lo que no.

En lo personal, por ejemplo, soy capaz de recordar personas, situaciones y cosas significativas que sucedieron muchos años atrás con lujo de detalles, pero al mismo tiempo soy de esos que van a un rincón de su casa a buscar algo y deben volver al lugar de origen pues olvidaron a qué iban. En otras personas es al revés, tienen excelente memoria de corto plazo pero no así para lo que ocurrió hace un año.

Sin embargo, hay momentos mágicos en que estas diferencias se disuelven, la atomización se acaba y emerge una Memoria que supera a cada una de las personas que la experimentan. Una Memoria que queda instalada como una suerte de espíritu con vida propia, más allá de cada memoria individual que sólo ve reflejada en sí misma retazos de esa memoria "más grande". Tal vez esto es lo que algunos han llamado
memoria histórica o memoria colectiva.

Creo que algo como esto fue lo que sentí el pasado sábado 31 de marzo en la tarde, en el Acto
"Con memoria y alegría, adelante por la vida", realizado en la esquina de El Vergel con Los Leones, donde antes estuvo el edificio de mi colegio, donde luego se cavó un profundo hoyo, y desde cuyas puertas hace 22 años fueron secuestrados José Manuel Parada y Manuel Guerrero, para ser luego asesinados junto con Santiago Nattino en Quilicura.

Es la Memoria que nos envuelve, que se hace Rito colectivo, que genera Hitos físicos, territoriales, que desborda la tragedia original para convertirse en señal de vida.

Yo creo que nadie supera jamás completamente el trauma de perder a su padre, hermano, hijo, esposo, amigo, compañero, de la forma en que los mataron a ellos. Yo al menos creo que no podría. Pero, sin embargo, también el dolor, la pena, la rabia, el horror parecen ser capaces con el tiempo de convertirse en tierra fértil para que nazcan de allí nuevas formas de vida, creación y alegría.

En los ochenta, seguíamos a los líderes secundarios que encabezaban la marcha de escolares a pie por Los Leones, doblando en Providencia hacia el centro hasta llegar al frontis de la Corte Suprema. Junto con la fuerza policial, emergían de pronto en alguna esquina camionetas sin patente, con civiles no identificados y armados, que nos apuntaban a nosotros, los pingüinos. En los noventa, a medida que la justicia se acercaba a pasos lentos y nos acostumbrábamos -unos más, otros menos- a la tímida democracia que nacía, el punto de encuentro era la Velatón del Latino, un ritual que se fue convirtiendo en punto de (re)encuentro comunitario. Esta vez, si bien lo que convoca siempre será un pasado doloroso, por primera vez sentí que el verdadero protagonista era el futuro.

Entre diversos artistas de gran nivel y diferentes estilos, entre stands temáticos de distintas organizaciones, entre los niños jugando al rededor del
chancho de Roger Waters, volví después de mucho tiempo a subir a un escenario junto a otros apoderados y mi amigo Binfa, para acompañar al Coro de Niños del Colegio Latino Cordillera dirigido por el Tío Leo, quienes nos sumamos luego al final a Luis Lebert con su canción "Homenaje".

Luego, en la velatón y guitarra en mano, fuimos con el Vera y la Laura, el Binfa, el Alejandro Laura, la Daniela, la Mane, el Luis -y muchos y muchas más- a la puerta donde hace 22 años escuchamos los gritos, el balazo, el chirrido de los neumáticos del auto arrancando y el helicóptero arriba, para exorcisar el sitio con las canciones de Illapu ("Aunque los pasos toquen"), Víctor Jara ("El derecho de vivir en paz"), Inti-Illimani ("Vuelvo"), Congreso ("Hijo del sol luminoso"), Santiago del Nuevo Extremo ("A mi ciudad") y "El pueblo unido jamás será vencido".

Es cierto, son canciones escritas en el pasado, pero que no han perdido vigencia pensando en lo que viene por delante. Un chofer de micro anónimo paró y se sumó al carnaval con bocinazos, señal de que la Memoria grande de la que hablaba al principio estaba allí presente, abrazando a todo el mundo. Bienvenido futuro.

Salud por eso ! Salud por Guerrero, Parada y Nattino !