lunes, 11 de enero de 2010

Segunda vuelta Frei-Piñera: en la recta final de un fin de ciclo

Quedan 6 días para una elección que, sea cual sea el resultado, marcará un antes y un después en la política nacional, mientras por lado y lado se queman los últimos cartuchos.

La franja televisiva de Piñera es como la franja de Lavín el '99 ("viva el cambio"), pero con la alegría, masividad y colores del No el '88, más una estética que recuerda películas gringas epopéyicas tipo "El día de la independencia" o similares. También destaca por su absoluta ausencia de símbolos, banderas o dirigentes políticos. La sensación climática es fuertemente triunfalista y marcadamente "apolítica", con ciertos guiños focalizados hacia el mundo popular y el "meoismo" joven.

La franja de Frei, en tanto, juega a tres bandas. Por un lado, es más íntima, muestra al candidato como alguien cercano, un abuelo cariñoso revolcado en el suelo, camisa afuera y chasconeado, en definitiva un "ser humano" (referencia estética al estilo Bachelet). Por el otro, es más política. Si bien renueva rostros, no oculta banderas ni militancias y hace un llamado abierto a arratistas y marquistas de primera vuelta, marcando diferencias explícitas con un eventual gobierno de Piñera ("la derecha no"). Finalmente, es más orgullosa de su pasado, reivindicando los avances y logros de los gobiernos de la Concertación.

Sin embargo, esta disputa parece tener poco interés para la población, como lo reflejan el rating de la franja televisiva de primera vuelta (más bajo que para la elección del 2005) y el del balotaje (más bajo a su vez que el rating de diciembre 2009).

Explicaciones para esto pueden haber varias, pero la más evidente es que en los últimos 20 años la cantidad de votos válidos en las presidenciales se ha mantenido estable en cerca de 7 millones, pero mientras en 1989 éstos representaban más del 90% de la población mayor de 18 años, hoy día apenas corresponden a algo menos del 60%. Hay cerca de 4 millones de no inscritos, al rededor de 1 millón de inscritos que se excusan y casi 300 mil que votaron en blanco o anularon.

Fuente: Votos de primera mayoría, válidos y total de votantes, www.elecciones.gob.cl (datos primera vuelta); Número de inscritos en los registros electorales, www.servel.cl; Número de personas mayores de 18 años, www.ine.cl. Para efectos del gráfico las cifras exactas se aproximaron a múltiplos de 10.000.
Por su parte, quienes sí votarán en su gran mayoría probablemente ya tienen su voto decidido. En esto, el propio estancamiento del padrón permite anticipar tendencias de comportamiento electoral.

Así, es posible prever desde ya que Piñera puede aumentar su votación de primera vuelta en más o menos 300 mil votos, acercándose a la suma de Lavín+Piñera en la primera vuelta 2005 (3.370.000). Principalmente este crecimiento vendrá de votantes marquistas que votaron por candidatos a parlamentarios de la derecha, del PRI o independientes. Frei, en tanto puede crecer de manera "natural" casi 1.200.000 votos (acercándose a 3.250.000), considerando casi la totalidad de los arratistas más los marquistas que ya votaron por candidatos a diputados de la Concertación/Juntos Podemos Más y una parte de los optaron por diputados independientes y del pacto Chile Limpio.

Fuente: Estimación propia en base a resultados generales, www.elecciones.gob.cl (datos primera vuelta). Para efectos del gráfico las cifras exactas se aproximaron a múltiplos de 10.000.
¿Qué dicen estos datos? Primero, que la elección se disputará voto a voto. Segundo, que Piñera lleva una leve ventaja aunque en ningún caso es definitiva. En cualquier caso, el resultado final se definirá en los márgenes.

Para Frei y las fuerzas que quieren (queremos) impedir el triunfo de la derecha, los votos claves para superar a Piñera pueden encontrarse en dos segmentos:

- Primero, el "marquismo duro". Marco ha señalado que Frei debe convencerlo no a él sino a los 1.400.000 que votaron por él. En realidad, el target es áun más restringido: son los 300.000 que votaron por Marco y por candidatos a diputado del pacto Nueva Mayoría. Dado que el PH declaró libertad de acción a sus votantes, pueden jugar un rol clave las señales que den candidatos emblemáticos como Esteban Maturana, Marcelo Trivelli, Álvaro Escobar y Esteban Valenzuela, además por cierto del propio Marco.
- Segundo, lo que podríamos llamar la "izquierda escéptica". Ésta corresponde a cerca de 200.000 personas que en su mayoría votaron por Marco (aunque también algunos por Arrate) pero anularon el voto en las elecciones parlamentarias.

Dado este escenario, si bien la perfomance electoral global de Frei será completa responsabilidad de los aciertos y errores de la Concertación y fuerzas aliadas, no pudiendo achacársele responsabilidad a nadie más en esto, se da la paradoja de que el resultado final en términos de quien gane y quien pierda, dada la estrechez de la disputa, probablemente esté en manos de las decisiones que adopten los votantes más críticos frente al estado actual de nuestro sistema político.

Es esperable que los piñeristas los interpelen con mensajes de cambio y crítica hacia quienes han gobernado en los últimos 20 años, pero despojados de todo tono "político" que pudiera hacer recordar que su base de apoyo es la derecha. Por el contrario, es también esperable que los freistas busquen "politizar" la disputa en la recta final, marcando claramente la línea divisoria que separa a los sectores que lucharon por la democracia de aquellos que representan el legado actualizado del régimen de Pinochet.

¿Con qué sintoniza más el electorado chileno hoy en día, ya transcurridos 20 años del fin de la dictadura de Pinochet? Sólo se sabrá a ciencia cierta al terminar de contar el último voto en la noche del 17 de enero. Lo que es claro es que, si ninguno de los dos bandos logra seducirlos de aquí al jueves, lo más probable es que esos votantes terminarán absteniéndose o bien votando blanco o nulo. Y si ese es el caso, lamentablemente los dados podrían estar ya echados.

Pero todo puede pasar en estos últimos días de campaña...