Ahora sí me voy de vacaciones, nos vemos a la vuelta !
Les dejo estos registros fotográficos de la semana pasada. Son distintos momentos y objetos, pero sin embargo tienen alguna conexión entre sí.
El sábado fuimos con la Andrea y la Marifer a ver a la Pequeña Gigante frente al Museo de Bellas Artes. Además del bonito e impresionante espectáculo teatral en sí, fue bonito ver también a más de 100.000 santiaguinos, especialmente niños y niñas, en la calle viviendo un verdadero carnaval.
La emoción que pude ver en la gente tal vez tenga que ver con la experiencia tan especial de ver a una niña pequeña convertida en una heroína gigante. La muñeca chica vista en grande y las personas grandes convertidas en duendes pequeños.
Luego, el lunes y martes, tuve que viajar por motivos de trabajo a Coyhaique, ciudad del extremo austral de Chile que yo no conocía. El verano, con sus cielos absolutamente despejados, me regaló las siguientes postales a través de la ventana del avión, en el vuelo de regreso a Santiago. Por un lado, el Lago Llanquihue con el Volcán Osorno, y por el otro, el Océano Pacífico sin nubes, reflejando en todo su esplendor los rayos del sol.
Pude experimentar entonces la sensación inversa a la del sábado. Esta vez la emoción vino de poder ver lugares gigantes convertidos en cuadros pequeños que caben dentro de mi cámara fotográfica.
Como para pensar que la magnitud de las cosas no tiene que ver con su tamaño físico en sí, sino con el ángulo desde el cual uno las ve, que les da -por decirlo así- un "tamaño emocional" propio.
Un abrazo para ustedes, hasta fines de febrero.