miércoles, 29 de marzo de 2006

El otoño de 1985


Esta historia no la leí ni me la contaron. La viví, la vivimos.

A fines de marzo de 1985 estábamos recién instalados en Santiago y me faltaban pocos días para cumplir 11 años.

El Alitalia que nos trajo de vuelta a Chile desde el viejo continente se había posado en septiembre de 1982 en el aeropuerto de Pudahuel, desde donde nos fuimos directamente a Viña del Mar, donde vivían mis abuelos. Fueron los calores, colores y olores de la provincia los que primero me ayudaron a construir la imagen de este país, al mismo tiempo mío pero desconocido.

Por eso, la noticia del cambio de casa a la gran metrópolis -por una combinación de motivos políticos y económicos- fue todo un suceso. Nos instalamos en un pequeño departamento cerca de las Torres de Carlos Antúnez y desde allí nos iríamos todas las mañanas en micro, con mi papá y la Eli, hacia nuestro nuevo colegio, el Latinoamericano de Integración.

Pero la mañana del viernes 29 de marzo nos fuimos solos con la Eli en la micro. Mi papá, que había sido contratado como profesor de castellano del Latino, se iría un poco más tarde, por algún motivo que no recuerdo. El viaje no tuvo nada de especial o diferente a los de otros días. Sólo un detalle nos llamó la atención por lo inusual para ser las 8:20 de la mañana (y de hecho recuerdo que lo comentamos ahí mismo con mi hermana): una micro de carabineros estacionada en la calle Los Leones, más o menos a la altura de Eleodoro Yañez.

Llegamos al colegio como siempre, a las 8:25 hrs. En la puerta nos recibió y saludó cariñosamente un profesor de bigotes, al que llamaban el Tío Manuel, quien recuerdo llevaba puesta una chaqueta de cuero negra y conversaba con algunos apoderados que iban llegando a dejar a sus hijos (en ese momento, como recién llegado al colegio, todavía no ubicaba bien a todos los profesores, pero este rostro me era más o menos familiar, pues siempre estaba en la puerta y saludaba al llegar en las mañanas). La Eli se fue a su sala y yo a la mía.

Entré a mi sala, que quedaba en el primer piso. Era la primera, la que estaba más cerca de la puerta de la calle y tenía colgado en una muralla un gran mapa de América del Sur. Saludé a algunos compañeros y compañeras, de los que estaba recién comenzando a hacerme amigo, me senté en mi puesto y la Tía Isabel comenzó con su clase de matemáticas a eso de las 8:30 u 8:35. Como hacía pocas semanas había sido el terremoto, yo estaba particularmente preocupado por una pequeña grieta que había quedado visiblemente marcada en el techo.

Y entonces ocurrió. Serían algo así como las 8:50 y se sienten gritos desde la calle. No escucho bien lo que dicen, pero parece ser una especie de pelea o forcejeo. Luego, tras unos minutos -o tal vez fueron segundos- una fuerte explosión. En mi vida había oído el sonido de un balazo, por lo que lo primero que pensé fue en una bomba. Y luego el fuerte chirrido de unos neumáticos en el pavimento y un automóvil que arranca a toda velocidad del lugar. Casi simultáneamente con esto, desde el cielo se siente el ruido muy cercano, casi rozando el techo del colegio, de un helicóptero policial.

La Tía Isabel se asoma a la ventana desde la esquina de la sala y su rostro se pone pálido. Yo no lo recuerdo, pero al parecer en un minuto nos dijo que nos cubriéramos bajo los escritorios. Alguna compañera de curso se pone a llorar (estoy casi seguro que fue la Magdalena) y luego el llanto se generaliza. La Tía Isabel nos pide disculpas, que esto no se debe hacer en una sala de clases, pero que le permitamos encender un cigarrillo y se larga a fumar, notoriamente nerviosa e impactada. Alguien dice "se llevaron al Tío Manuel!", "balearon al Tío Leo!", "se llevaron a otra persona de barba!". Y de aquí en adelante pierdo la noción del tiempo. Cada minuto era como una hora.
(Hace unos 2 años conversé por casualidad con una persona que me relató que vio el secuestro desde afuera, desde la calle. Estaba ese día en el paradero de la vereda del frente del Latino, con otras 3 ó 4 personas, esperando micro y extrañado de que no hubiera ningún flujo vehicular por Los Leones. De pronto, ve al otro lado de la calle a un grupo de personas subiendo a la fuerza a dos personas a un vehículo y disparando a otro sujeto. Le comenta a los demás que esperan micro que habría que dar aviso del hecho a alguien, pensando que había sido un asalto. Los otros le dicen que mejor haga como que no vio nada, que para qué meterse en problemas. Dieron la media vuelta y caminaron por El Vergel hacia el oriente)...
Recordé que mi papá iba a llegar un poco más tarde al colegio y a mi mente vino la historia que había escuchado de muy niño, de cuando en 1973 luego del golpe llegaron los marinos a encañonarlo, golpearlo y apresarlo en la sala de clases del Liceo de Valparaíso en que era profesor, frente a todos sus alumnos y a plena luz del día. De tan sólo pensar que pudieran habérselo llevado a él o que lo hubieran baleado, un nudo de angustia se formó en mi garganta. Años después, recordando ese día con compañeros y compañeras de curso de la época, me dí cuenta que no fui el único: muchos pensamos automáticamente en nuestros padres y madres. Y efectivamente la tragedia tocó a una de mis compañeras: había sido al papá de la Javiera -José Manuel- al que habían raptado junto con el Tío Manuel.

El colegio se llenó de periodistas. Un grupo de alumnos más grandes pintaron un lienzo que colgaron hacia la calle, con los rostros de Manuel y José Manuel y la palabra "SECUESTRADOS" escrita con grandes letras de color rojo. Nos llevaron hacia un patio interior del colegio y empezaron a llegar los apoderados para retirarnos. Nosotros nos fuimos al departamento de una amiga de mi papá (la Geca, mamá de la Fernanda) con instrucciones muy precisas: "No abran la puerta a ningún desconocido. Si se acercan carabineros a hacerles preguntas no respondan o digan que no saben nada".

Y así pasó esa tarde eterna. No recuerdo si dormimos allí o volvimos a casa. Pero al día siguiente estábamos todos en nuestro departamento cuando escuchamos por Radio Cooperativa la noticia del hallazgo de 3 cuerpos degollados cerca del Aeropuerto. Describieron sus vestimentas y luego, más tarde, dieron a conocer sus identidades: Manuel Guerrero Ceballos, José Manuel Parada Maluenda y Santiago Nattino Allende. El llanto estalló en casa. Le pregunto a la Tía Geca qué significa "degollados" y me lo explica. Horror.

Al día siguiente fueron los funerales masivos. Marcho con mis padres y la Eli por las calles del centro de Santiago, con muchísimo miedo, inmerso en una multitud de miles de personas. "¿Y si nos matan a todos a mansalva?", "¿Y si luego nos persiguen hasta la casa y nos hacen daño?".

Volvimos al colegio el lunes. No tuvimos clases y dedicamos la jornada a conversar sobre lo ocurrido y expresar nuestras emociones. Escribimos cartas para el Tío Leo, que estaba agonizando con una bala en el cuerpo en la Clínica Indisa. Y organizamos entre nosotros una mini revista, que llamamos "Ñiños por la Vida", para venderla y donar los fondos para su tratamiento y recuperación.

Esta es la historia de ese día, que queremos que NUNCA MÁS vuelva a ocurrir en nuestro país. Esto es lo que nos hace llenar de velas Los Leones 1401 todos los años. Y este horror es el que, a pesar de todo, se nos ha convertido en optimismo, en fé en el futuro, en compromiso social, en creatividad, en alegría, en amor.

martes, 21 de marzo de 2006

Una mirada a lo mirado y a los que miran este mirador

Cuando en la noche del 31 de diciembre del 2005 (o más bien la madrugada del 1º de enero del 2006) saludé por teléfono a mi hermana Eli, me entregó palabras cariñosas y proféticas: "tengo el presentimiento de que éste será el año de nuestra generación". Ya en pleno enero de este año, durante una de las tantas reuniones con mis compañeros de trabajo en el "Aromo de la Sabiduría" (ya les contaré más adelante en otra ocasión de qué se trata esto...), dije que tenía la tincada de que este sería "un año importante y positivo".

Por esos mismos días, me leí el I Ching, cosa que hago cada ciertos meses desde que, hace unos 10 años más o menos, un tío nos regalara un libro que explica la técnica de lectura e interpretación del Libro de los Cambios. No es que yo sea un ser especialmente esotérico, pero pienso que alguna razón de peso deben tener los chinos para venir usando este libro con buenos resultados desde hace varios miles de años ya. Me salió el hexagrama 3 "Dshun, Las dificultades del comienzo", que habla de épocas de evolución similares a un primer alumbramiento. Se trata de momentos que, pese a las dificultades, llevan incubado dentro de sí el germen del éxito supremo.

Bueno, con todos estos elementos a la mano, comencé el 2006 con la tincada o la predisposición de que efectivamente este año venía en camino un "salto adelante".

Y parece que sí. De hecho, hartas cosas han pasado, están pasando y van a pasar en estos días. En Chile, por primera vez en la historia hay una presidenta mujer, Michelle Bachelet. La Eli ganó el Festival de Viña, será madre y se casó. Y yo... pues me cambio de pega. Este no es un blog laboral, pero no deja de ser gratificante que te llamen especialmente para ofrecerte trabajo, más todavía cuando llevas casi cuatro años en un determinado lugar, en condiciones relativamente buenas.

Entre medio, también otras cosas han pasado y por alguna razón misteriosa se me repite el número 10 en ellas. Cumplí 10 años de matrimonio, mi hija entró a Tercero Básico (el mismo curso al que entré yo cuando llegué a Chile en 1982) y su colegio quedó entre los 10 mejores de Chile en el ranking de puntajes SIMCE para 4º básico. También se cumplieron 10 años de cosas tristes, como la partida del Lalo Vergara en Arequipa. Y este es mi décimo mensaje en mi Mirador.

Entonces, parece ser como un cúmulo de cosas y de hitos que tal vez reflejen un momento de cambio. Y siento que este cambio viene para bien. Por cierto, la gaviota de la foto no es mía, es prestada, pero siento esa imagen como un símbolo. Un profesor de primer año de universidad nos explicaba que los símbolos no adquieren fuerza por lo que son "en sí", sino por lo que representan o por lo que evocan más allá de sí mismos... de eso se trata, creo.

En fin. En medio de esta ráfaga de sucesos, no me había dado el tiempo para volver con una nueva conversación. Y tengo que confesar que varios amigos ya me estaban reclamando por la ausencia. En todo caso, a casi cuatro meses de echar a andar este espacio, esto me gusta. Me agrada sentir este blog como una casa abierta, donde el dueño de casa trata de atenderlos lo mejor posible, pero donde a veces puede que no haya nadie, pero igual el que quiera puede pasar.


Desde hace mucho tiempo -años en realidad- que vengo transmitiendo con la idea de que internet no es un acto solitario aunque pueda ser visto como tal... en realidad este es también un espacio para construir nuevas comunidades y visibilizar comunidades ya existentes pero poco visibles. Así por ejempo, ¿qué podría yo mismo decir de la comunidad que se ha ido generando en torno a este Mirador o en la que me he insertado como un nodo...?

Los que miran

Desde el punto de vista de los que miran, aquí se puede apreciar gráficamente en un mapamundi, de dónde provienen los visitantes de paso por este lugar virtual. Claramente hay 3 lugares que van a la delantera. Primero, por supuesto, Santiago de Chile, pero luego Suecia y... Alemania !! Lo de Suecia me lo explico por mi familia que vive allá, pero lo de Alemania ha sido verdaderamente mágico. No sé quienes son, pero siento como que parte de mi pasado y de mi infancia se ha asomado por aquí. Y de hecho tengo algunas evidencias, por ejemplo un mensaje con foto incluida que me envió un alemán que me conoció de guagua y que nos encontró por casualidad al enterarse por internet del triunfo de la Eli en Viña. Para ellos, en alemán: Herzlich willkommen, meine deutsche freunde !!

Pero además recibimos con gusto a visitas de países tan distantes y distintos entre sí como Francia, España, Inglaterra, Italia, Canadá, Estados Unidos, Perú, Argentina, México, Venezuela, República Dominicana y Polonia. Y ha crecido la cantidad de personas que han dedicado tiempo a comentar y a conversar en torno a los temas propuestos o en torno a otros que surgen espontáneamente. Los saludo en orden alfabético: Alan, Alex, Amanda, Andrea, Anónimo(s), Arkturus, Claudia, Claudits, Cristián, E_Ubal, Eli, Es siempre más fácil decirlo, GLM, Johny, Las masters del espectáculo, Lirio, Lito, Marjorie, Matías Asún, Michelle, Micronauta, MZN, Nita, Óscar (de Coronel), Sol, Wanglen, el gran Xebeche y Yuriflame... Gracias Totales por sus visitas !

Como les contaba, me agrada esta diversidad de mundos que confluyen en este sitio. Esto es una casa común, donde si bien yo tengo las llaves, las puertas están abiertas y de hecho se cruzan historias, intereses, aficiones, gustos heterogéneos. Al modo de las viejas intersecciones de caminos en torno a los cuales se fueron construyendo las primeras ciudades de la historia, veo mi Mirador como un paradero donde pasan almas diversas a descansar y tomar impulso para proseguir sus caminos. Un amigo visitante me sugería hablar de la muerte de Slobodan Milosevic y pensaba al pasar que justamente ese tipo de personajes con sus fundamentalismos y matanzas sangrientas representan lo radicalmente opuesto a esta idea de hogar común. Ellos quieren una casa sólo para sí y los suyos. Yo estoy en el bando opuesto.

Lo mirado

Pero la comunidad se va construyendo no sólo en función de las visitas, sino también del vecindario o del barrio en que la casa común está instalada. A diferencia del "mundo real" donde el vecindario ya está construido, he descubierto que en el "mundo virtual" los barrios se construyen a discreción. Y particularmente en la blogosfera, uno va definiendo a sus vecinos, éstos no están pre-establecidos.

Los invito entonces a dar un paseo por mi barrio:

- Está por un lado la casa de mi vecina-hermana Eli, piola pero acogedora como es ella, y con varios comentarios cariñosos, siga adelante con eso !
- Más allá, la casa de Paloma, con su tremenda gracia para narrar y compartir sus historias cotidianas. Con los ojos siempre puestos en la calle, hace algunos días nos contaba de sus vacaciones.
- Lo de la Familia Vera Vidales en realidad no es un blog, sino más bien una especie de cabaña prefabricada pero en permanente construcción. Son grandes amigos y eso los hace merecedores de formar parte de mi vecindario.
- La casa de Iván la verdad está abandonada hace más de un año. Las últimas huellas de su presencia están en interesantes artículos con una mirada original sobre nuevos artefactos tecnológicos (bueno, a estas alturas ya no tan nuevos...), pero tan pajero que es mi amigo, que quien sabe cuando retome la escritura... !! (creo que es la primera pseudo-grosería que largo en mi blog, pero no se preocupen, no se va a enojar, creo que mi compadre ni lo leerá, jejeje...).
- Otro muy querido vecino es mi amigo y colega Manuel, quien por estos días está embarcado en una bella cruzada por traer nuevamente a la vida a su viejo. Todos los días está publicando algún escrito de su padre Manuel Guerrero Ceballos y lo hará hasta el 30 de marzo, cuando se cumpla el 21 aniversario de su horrible asesinato por degollamiento en 1985.
- Al Johny, "chiquillo loco", lo recuerdo del colegio. Iba tres cursos más arriba que yo y fui co-animador de su graduación con el Vera. Era todo un ídolo en esos tiempos, un verdadero rock star y veo que ahora sigue siéndolo, a través de notables y graciosos artículos e historias sobre lo que sea. Por estos días nos entrega comentarios de cine.
- Chiara ofrece en su hogar sus crónicas parias, aventuras y reflexiones desde la duda, la búsqueda, el desencanto y la esperanza, enviadas directamente desde Barcelona.
- José tiene 3 artículos publicados en diciembre del 2005: sobre el fallecimiento del músico Polo Salinas, el disco de Inti Histórico + Quilapayún y recuerdos de Víctor Jara. Además de lo interesante de sus escritos y de su gran peso como músico chileno, ahora es mi cuñado.
- En la casa de Ignacio uno puede encontrarse siempre con cosas nuevas y diversas. En todas ellas se trasluce una cuota de nostalgia, de la buena (...en realidad ¿hay nostalgia "mala"...?), y una búsqueda anti-amnésica permanente. En sus últimos mensajes se recuerda parte de nuestra historia común, retratada nuevamente en Manuel Guerrero, José Manuel Parada, Santiago Nattino, Víctor Jara y Osvaldo "Gitano" Rodríguez, su padre.
- La casa del Alex es escasa en el arte de palabrar, pero abundante en sugerencias y apertura de preguntas sugerentes, de esas que a su vez sugieren nuevas preguntas, y así... un sitio sutil y que aporta.
- Un nueva casa en el vecindario es la de Sergio, el más reciente link del blog, quien recién comenzando nos ofrece nuevos faros para ayudar a mirar la política.
- Una mención especial se merece una sección destacada dentro de mi vecindario, llamada "Nuevos lugares gratos que he descubierto", que a estas alturas no tengo muy claro por qué están aparte de los demás... puede ser porque son personas que no conozco personalmente, que he conocido a través del blog, pero que me han cautivado profundamente con su poesía. Sin más palabras, los invito a dejar cautivarse Uds. también con los bellos y cálidos escritos de Amanda y de Sol.

En suma, me gusta la diversidad de mi barrio pero, al mismo tiempo, las similitudes entre cada una de sus casas, cada cual con su estilo, sus estéticas y sus temáticas preferidas. Yo por mi parte prometo de ahora en adelante pasar un poco más de tiempo en mi hogar, que es a fin de cuentas el mismo de todos y todas.

Así termina este post algo ecléctico (también les hablaré en un tiempo más sobre las ventajas del eclecticismo...), pero que me sirve para retomar contacto.

Porque este año creo que está para grandes cosas, queridos amigos y amigas !!