Creo que a todos alguna vez nos ha pasado. En el mundo de los blogs varias veces he leído relatos de personas que de pronto se quedan en silencio por un buen tiempo, sin decir nada. A veces, porque sienten que no tienen nada que decir. Otras, porque tienen tantas cosas que decir que no hallan por donde comenzar, y cuando comienzan, ya han aparecido nuevas cosas que los hacen cambiar de idea.
Tal vez todo sería más fácil si uno sólo "quisiera pegar en la radio" como proponen Los Bacilos, o si uno pudiera "charlar de política con tu cepillo de dientes" como especula Ricardo Arjona, o bien, si uno tuviera a su disposición "una linterna que alumbre mi interior" como plantea de modo asertivo Álvaro Scaramelli... pero en estas semanas este no ha sido mi caso. La radio no logró sintonizar un dial, mi cepillo de dientes se quedó mudo y la linterna está con las pilas agotadas. (Se dan cuenta que no es llegar y crear nomás, sino uno termina escribiendo fracesitas absurdas e inverosímiles como ésta última...!!)
Así es que me propuse salir de este entuerto escribiendo justamente sobre los momentos de bloqueo creativo y qué posibilidades hay para salir de ellos. Mi reflexión parte de las experiencias significativas que he vido en las últimas semanas.
- La creatividad como fundamento radical de la existencia humana: es cierto que esta frase parece el nombre de una nueva encíclica papal. Pero es que hay que partir de un dato básico: todos y cada uno/a de nosotros/as somos una obra creativa desde el momento mismo en que nacimos por obra y gracia de otros (nadie "elige" venir a la vida). Pero, al mismo tiempo que somos creación, cada segundo, minuto, hora y día que pasamos por aquí somos también creadores del mundo y le agregamos algo nuevo, propio, particular, distintivo, sin igual, que sin nosotros no hubiera ocurrido. Por eso es tan repugnante cuando algunos, a nombre de lo que sea, se toman la licencia de apagar violentamente la vida de otros. Esta reflexión me surgió a propósito de mi cumpleaños el pasado 13 de abril. Paso el aviso para los/as que no sabían o se olvidaron, jeje...
- La creatividad como movimiento físico: si en un principio fue el silencio, o la nada, o la "piedra en la piedra" antes del hombre, de la que habló Neruda, la creación comienza desde el minuto en que uno decide mover el propio cuerpo. Les comenté al pasar en algún mensaje anterior que me cambiaba de trabajo. Mi trabajo anterior quedaba muy lejos de mi casa, por lo que me movilizaba todos los días en el automóvil de mi amigo Xebeche (al principio a cuenta de su noble generosidad y luego por una módica -pero modesta, hay que decirlo- suma de dinero). Mi nuevo trabajo queda mucho más cerca. Y ahora voy y vuelvo en bicicleta !! Entonces, una buena alternativa para superar bloqueos creativos puede ser simplemente moverse.
- La creatividad como articulación de una idea o pensamiento: por razones vinculadas con mi profesión he publicado o participado en varias publicaciones donde se trata de juntar ideas, articular argumentos y redactar un determinado pensamiento. En cualquier tipo de escritura (no sólo académica), al ordenar las palabras para plantear algo (lo que sea) se crea un nuevo mundo. Un motivo poderoso para cambiarme de trabajo (la foto de la derecha es de mi nueva oficina) ha sido justamente la posibilidad de tener mayor espacio para desplegar esta forma de creatividad.
- La creatividad como danza de sensaciones estéticas: a veces, la creatividad es un proceso puramente estético. Es lo que ocurre, por ejemplo, con expresiones musicales como la que vi hace algunos domingos con Víctor Heredia y el Inti-Illimani Histórico, en un concierto conjunto de 3 horas en el Teatro Municipal de mi Valparaíso querido. O lo que pude ver el mismo día de mi cumpleaños en el Cirque de Soleil. A veces para desbloquearse basta con dejarse llevar por el goce estético de sonidos, colores, imágenes, acrobacias y sensaciones... esta es para mí la gracia de los grandes artistas, esos que con algunos elementos son capaces de tocar tu alma.
- La creatividad como nombrar lo que no tiene nombre: pero tampoco la creación ha de ser siempre un acto grave o tan sesudo... a veces la fuente de inspiración se te aparece donde menos se espera y el trabajo consiste solamente en ponerla en un molde para cambiar el mundo.
El hombre de arriba a la derecha está siempre, todos los días de cada semana, sentado a eso de las 8:15 en esa banca, en esa esquina de Ñuñoa... solíamos verlo con Xebeche al pasar por las mañanas rumbo a nuestros puestos de trabajo. Hombre misterioso, de oficio y edad indefinida, él sólo permanece sentado viendo pasar los sucesos al rededor, mientras otros hombres jóvenes vestidos con sus mismos colores se paran al rededor de él a recibir sus lecciones y su sabiduría... como lo insinúa la luz del sol detrás de él, parece ser un verdadero elegido... y mientras nosotros nos íbamos mentalizando con otro día de laburo, al hombre misterioso lo llamamos simplemente, por un puro afán lúdico, "EL CABALLERO"...
En fin, me parece entonces que la creatividad, en cualquiera de estas formas (y en tantas otras que yo no alcanzo a visualizar) está al alcance de todos, sólo hay que dejarla fluir. Yo al menos creo que en este ejercicio logré el desbloqueo.