sábado, 1 de diciembre de 2012

"Te invito a caminar", cómo nació una canción

"¿No necesitan un jingle?"

Yo le había escrito a varios amigos, conocidos en esos tiempos por su intensa actividad en el ciberespacio, para pedirles su opinión sobre el sitio de campaña que acabábamos de lanzar al aire. Y esta fue la respuesta que recibí de Carlos Smith...

Aunque no era para eso que había escrito, mi respuesta espontánea fue "pero claro, qué buena idea, hasta yo me ofrezco para cantar". Así de simple fue, nada planificado ni complejo.

Comuniqué el ofrecimiento al google group del comando y de inmediato solicitamos la primera tarea, escribir la letra. El texto original lo escribió Camilo Brodsky y luego lo editó y adaptó Carlos Smith. Nos juntamos unos días después en mi casa y Carlos llegó con su propuesta de canción, que llevaba música en ritmo cumbianchero. Luego de unas horas de darle vueltas, este ritmo sería convertido en vals, a sugerencia mía...¿por qué? no sé, es posible que algo del espíritu valparaiseño se colara en esta idea.

El propio Manuel Guerrero se sumó a acompañar en guitarra las primeras versiones, mientras Karen Aliaga acompañaba con el cajón y los cuatro (Karen, Manuel, Carlos y yo) hacíamos las voces y coros. La canción en su versión original luego fue fogueada en vivo en algunos actos de campaña.

Hay que decir que algunos cercanos a la campaña no estaban del todo convencidos del ritmo. Que era muy de peña, muy folclórico, medio tristón, que estaba bien, pero no era un jingle de campaña... y es que en realidad no lo era (cosa de la que nos dimos cuenta después) pero había tanto corazón y ganas puestas que por supuesto seguimos adelante con el concepto.


Cuando ya tuvimos una primera versión más o menos redonda (y en un tono más alto porque le habíamos puesto cejillo en el segundo espacio), se la mostramos a Elizabeth Morris y José Seves, quienes se sumaron con arreglos que le dieron fuerza al tema. Ambos se sintieron convocados por el discurso y el estilo de campaña de Manuel, y además les gustó la idea general de la canción, de modo que pusieron todo su oficio y sensibilidad al servicio de dar más carácter a "Te invito a caminar", pensando en una canción de campaña. José con un arreglo para el bajo que marca el ritmo y le da carácter a la canción y Eli con un arreglo para guitarra y cajón peruano que hace volar la melodía, con una cadencia y gracia a ratos sorprendente y contraintiuitiva.

Luego vino la grabación final con la distribución de las voces: parto yo de solista, sigue Carlos, luego se suman Karen, Eli y Rodrigo Roco al coro, para rematar con frases solistas de Eli, Carlos y la potencia de José en "Yo voto Manuel Guerrero, vamos amigo".

La canción así acompañó todas las salidas a terreno de la recta final, colándose en los oídos y memoria de muchos y muchas, adultos, jóvenes y niños, con quienes nos encontramos por esos días en las calles de Ñuñoa.

El proceso de grabación en estudio fue realizado por Ignacio Rodríguez (una parte en la casa de los Seves Morris y otra en el hotel Cap Ducal de Providencia) quien luego mezcló en 8 versiones sucesivas hasta llegar a la definitiva, en un trabajo que realizamos durante varios días por mail entre Carlos, él y yo.

Los registros iniciales de la canción fueron filmados con cámara casera por Sebastián Troncoso, y luego los videoclips definitivos por el cineasta Sebastián Moreno, quien acompañó la campaña mientras tomaba imágenes para un documental que comenzaba a preparar sobre la historia de Manuel. En los videoclips se incluyeron fotografías y elementos gráficos creados por Leonardo Infante y Diego Olivares.

Cuando estuvo terminada, la canción también se ocupó en un extracto de 30 segundos, donde canta José, seguido por la voz del locutor Jaime Davagnino anunciando que "Llegó el momento" de votar por Manuel D-22, una semana antes del día de la elección. Este clip sonó en el extranjero gracias a internet y en algunas pocas radios locales por esos días.

La campaña terminó, ganamos, y la canción quedó allí para la historia, esperando el momento tal vez de renacer en nuevas melodías.

Aquí puedes ver la lista de reproducción con la secuencia cronológica completa en formato audiovisual-

¿Es real la indiferencia de los jóvenes hacia la política?

Artículo publicado el 25/12/12 en El Mostrador. Link original: http://www.elmostrador.cl/opinion/2012/11/25/es-real-la-indiferencia-de-los-jovenes-hacia-la-politica/

La alta abstención de las últimas municipales volvió a exponer la compleja relación que existe entre juventud y política. Al garantizar una cobertura del 100% de los mayores de 18 años, se creyó que la ley de inscripción electoral y voto voluntario, rejuvenecería, en la práctica, un universo envejecido de votantes. Sin embargo, esos casi 5 millones de nuevos chilenos y chilenas con derecho a sufragio, nacidos en su mayoría después del plebiscito del ‘88, marcaron poco o nada a la hora de hacer con su potencial electoral, una real diferencia.

Qué está pasando con ellos entonces, es la gran pregunta que ronda entre analistas, expertos y líderes sociales. Si bien estudios cualitativos realizados el primer semestre de este año nos anticiparon algo de tal comportamiento en las urnas, también nos dejaron pistas para aventurar respuestas o hipótesis que podrían desmitificar la idea instalada por varios análisis que sostienen la indiferencia de los jóvenes por participar en política.

Ya lo habían dicho los números. La mayoría de los jóvenes chilenos entre 15 y 29 años sí participa en organizaciones, pero no en aquellas asociadas convencionalmente al mundo adulto con membrecía formal y estructura jerarquizada, sino en agrupaciones más horizontales e informales, con menor deber de “militancia” permanente. 47% en grupos deportivos, 23% en comunidades virtuales, 21% en grupos culturales y 18% en agrupaciones de voluntariado, entre otros. (Fuente ENJUV 2010).

La masiva participación estudiantil de secundarios y universitarios en las marchas del año pasado también es prueba de esa motivación por movilizarse con capacidad de transformación y opinión. Una encuesta que realizáramos unos meses atrás, nos permitió inferir que la mitad de los estudiantes de Enseñanza Media de la Región Metropolitana se hizo parte en alguna marcha o paro estudiantil, un tercio en tomas de establecimientos y otro tanto, participó de la heterogénea gama de acciones de protesta y asociatividad desplegadas. ¿Recuerdan las asambleas, carnavales, flashmobs o besatones? Son distintos reflejos, cada uno en su estilo, del significativo interés juvenil por participar de los asuntos públicos; a veces representando sus demandas, otras, ayudando a su comunidad con acciones sociales o generando espacios de encuentro; o simplemente buscando expresar sus identidades en construcción en el espacio público.

Pero sin embargo no votaron en las municipales y, aunque es probable que las presidenciales convoquen más su interés, no hay ninguna certeza que asistan a las urnas en 2013… ¿Por qué?

Si bien la mayoría de los jóvenes (43%) valora la democracia como sistema de gobierno (ENJUV 2010), existe una opinión negativa que cruza las instituciones sociales. No le creen a los parlamentarios ni al poder judicial ni al gobierno. Su alta desconfianza hacia “los políticos” está asociada a una fuerte sensación de marginalidad respecto a las decisiones que se toman. No son considerados ni escuchados. A una escala menor, no es gratuito que muchos secundarios prefieran organizarse en asambleas en vez de centros de alumnos, por ejemplo. La encuesta a secundarios antes citada, muestra que pese a que un 80% de ellos tienen centro de alumnos en sus establecimientos, sólo un 40% se siente representado y menos de un 20% participa de ellos.

Así, ¿qué podría motivar a un(a) joven a participar de alguna institución tradicional? Claramente la participación político-electoral no ha logrado perfilarse como algo que pudiera cubrir sus expectativas de movilidad social y sentido de pertenencia y acogida. Para ello, qué duda cabe, se requieren cambios institucionales profundos. Y aquí, los mismos jóvenes parecen trazarnos un posible derrotero: es necesario con urgencia desarrollar espacios de formación para la democracia. El vacío en ese ámbito es negativo cuando los jóvenes reconocen recibir abundante información sobre asuntos políticos y de coyuntura en general. Ven televisión, leen en internet y escuchan radio. Información no les falta. Sin embargo, un decidor 80% quisiera recibir mejor educación cívica en la escuela y cerca del 60% piensa que votar podría ser un factor de cambio social. Al mismo tiempo, sólo un tercio conversa de política con su familia y menos del 10% formaría parte de un partido político. ¿El interés por “la” política existe? Sí, el problema parecieran ser “los políticos” y su forma de practicarla.

Aunque puede ser importante, los jóvenes no requieren que se les enseñe a cómo votar o cómo operar en nuestro actual sistema político. Menos aún, aprender a hablar el lenguaje político. Lo que piden es que leamos lo que nos están diciendo sin su voto, y a cómo canalizar sus deseos de participación en un sistema político que sea capaz de escuchar los nuevos giros de su propio idioma.