lunes, 5 de diciembre de 2005

Contreras, Navia, Huilipán y Méndez: íconos de movilidad social en Chile ...?

La semana pasada en la franja presidencial de Michelle Bachelet apareció, entre connotados dirigentes DC, el testimonio de un hombre joven que contaba un resumen de su biografía personal y vinculaba su propia trayectoria de ascenso social a la gestión de los gobiernos de la Concertación. Este personaje es Dante Contreras, actual Director del Departamento de Economía de la Universidad de Chile.

Contreras, con quien me ha tocado dos veces interactuar muy fugazmente en los últimos seis años en el contexto de algunas investigaciones, viene de la comuna de La Cisterna, donde cursó su educación básica y media en una escuela pública sin nombre propio, sólo reconocible por su respectivo número y letra. Fue buen alumno y, gracias a un crédito fiscal, pudo estudiar en la Facultad de Economía de la Universidad de Chile. Luego, gracias a una beca por buen desempeño académico, pudo doctorarse en la Universidad de California, Los Angeles y realizar un post-doctorado en la Universidad de Yale.

Hijo de una madre dueña de casa y un padre pintor, Dante Contreras puede ser considerado un ejemplo de las nuevas oportunidades de movilidad social que se han abierto durante los años de gobierno de la Concertación. Probablemente es por eso también que en la campaña de Michelle optaron por poner su testimonio como ejemplo vivo, no sólo retórico o discursivo, del compromiso contra la desigualdad social y la discriminación.

Pero lo cierto es que hasta por ahí nomás...

Así como Contreras, podríamos señalar también otros ejemplos públicos de movilidad social durante los noventa. Por ejemplo, el cientista político Patricio Navia, opinólogo de modo en la prensa escrita y en la televisión, a quien de seguro más de algún medio pedirá su mirada acerca de las elecciones este 11 de diciembre. Navia nació en Lima, Perú, y vivó desde los tres años en la sureña ciudad de Temuco, donde estudió en un liceo fiscal. Pero su padre, pastor de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, decidió en 1987 emigrar a Chicago. Navia, sin siquiera saber incialmente inglés, fue aprendiendo en el camino a aprovechar las nuevas oportunidades que la iba brindando "América" (como dicen los gringos). Así, se graduó en 1992 de Cientista Político de la Universidad de Illinois de Chicago. Luego, en 1994, obtuvo el grado de Master of Arts en Ciencia Política y el Doctorado en 2003.

Navia no sólo tuvo un buen desempeño académico, sino que también aprovechó de ir generando redes, con un cónsul de Chile, un senador, un futuro canciller de México, un economista top, un escritor destacado, y así. Su mayor obra, aprovechando estas redes, ha sido la lista de correos "Referente", donde desde 1996 envía artículos de actualidad a una lista de personas. Yo estoy suscrito desde 1999, a través de un amigo que medio el dato.

No sólo en el ámbito académico hay ejemplos de esta nueva movilidad social.

Ximena Huilipán nació el 19 de septiembre de 1986 en el sur de Chile. Proveniente de familia de sangre mapuche, de la cual no reniega y, por el contrario, se siente sumamente orgullosa, forma parte actualmente parte destacada del mundo de las top models a nivel internacional, gracias a que a los 14 años Óscar De la Renta se fijó en ella en un desfile y quedó cautivado con su belleza exótica y particular, tan difícil de hallar en otros rincones del planeta.

Desde pequeña Ximena quería ser modelo profesional y ser protagonista en las pasarelas. Gracias a su madre pudo acceder al diseñador chileno Rubén Campos, quien le abrió las primeras puertas al mundo de la moda. Así comenzó a desfilar y se produjo aquel mágico cruce con De la Renta que le cambiaría la vida. Desde el año 2000 en adelante Huilpán ha participado en varios desfiles importantes de la moda nacional, llegando a participar en importantes eventos de la moda mundial como el Elite Model Look y el cotizado concurso "Model of The World", realizado entre el 1 y 15 de septiembre de este año en China. En alguna de sus primeras incursiones destacadas en las pasarelas desfiló junto a una bandera chilena invertida y en llamas, lo que ocasionó fuertes reacciones diplomáticas y políticas de parte del entonces canciller José Miguel Insulza y del mismísimo Presidente Ricardo Lagos, además por cierto, de la derecha nacional.

Finalmente, por qué no mencionar también a Leopoldo Méndez, más conocido como DJ Méndez
. Nacido en 1975 y criado en el Cerro Barón de Valparaíso, los padres de Méndez debieron emigrar a Suecia por razones laborales. Con sólo 12 años de edad a cuestas, comenzó a trabajar como discjockey en Estocolmo. Bailaba y escribía, mezclando su español con las pocas palabras de inglés y sueco que iba aprendiendo, aunque generaba sus ingresos haciendo aseo, pintando y trabajando en una panadería y en una juguetería. En 1998, por casualidad un productor escucha uno de sus demos, le llama la atención, y DJ Méndez ingresa al sello Stockholm Records. Comienza a sacar discos y se presenta en vivo y con total éxito en Estocolmo ante 25 mil personas y más tarde en la Plaza Roja de Moscú, ante 300.000 espectadores. A partir del 2000, Suecia entera (y luego toda Europa) se rinde ante los temas de su primer disco “Latino for life”, que incluyó éxitos como “Fiesta” y “Estocolmo”.

En todo caso, el camino al éxito de Méndez no ha estado exento de problemas, como sus poblemas con el consumo de drogas y alcohol y su estadía en una cárcel sueca. Pero logró alejarse de estos flagelos gracias al apoyo de Casa Sandino, un organismo dirigido por chilenos exiliados, en el que se ayuda a jóvenes con problemas y adicciones a reinsertarse socialmente. Recientemente, Méndez ha sorprendido a Chile con su nueva incursión como empresario en tierras locales.


Estos cuatro casos, en cierto sentido, dan gusto, por una parte. Da gusto que un Contreras, un Navia, una Huilipán, un Méndez, simples chilenos de origen modesto, sin apellidos vinosos, sin cuna de oro, lleguen a encumbrarse a altas posiciones, cada uno dentro de su respectivo ámbito.

Sin embargo, el asunto es que al final, si se analiza seriamente, parece no haber nada demasiado nuevo bajo el sol. Lo que podemos aprender ya sea del "modelo Contreras", del "paradigma Navia", del "ícono Huilipán" o de la "marca Méndez", es que la cosa parece seguir siendo más o menos la misma que hace algunos años.

Para poder subir en la escala social en Chile si vienes de abajo, hay que ser muy buen alumno, empeñoso, tener talento, pero más importante que esto: hay que tener golpes de suerte, que pueden expresarse en que "alguien" te descubra por casualidad o "te toque" por cosas del azar viajar al extranjero. Por cierto, influye fuertemente también la capacidad de aprovechar las oportunidades que se te van presentando en el camino y capitalizar las nuevas experiencias.

Pero la movilidad social para el común de la población en las posiciones más bajas de la escala social, salvo estos excepcionales ejemplos, sigue siendo algo extraño, ajeno, un concepto demasiado esotérico, por llamarlo de algún modo.

¿Cuántos buenos alumnos, cuántos jóvenes busquillas, cuántas niñas bellas y con desplante, cuántos jóvenes con talento musical no lograron nunca salir de su situación de pobreza y marginación en Chile?

Todas estas son preguntas para que responda la próxima Presidenta de Chile, que por mi parte espero sea Michelle Bachelet.