miércoles, 11 de septiembre de 2013

Los golpes

El primer golpe está en la memoria pero no lo recuerdo. 1973. Adentro, el calor del útero donde yo estaba lanzado a ser. Un poco más allá, afuera, el eco del dolor aplicado sobre chilenos como papá. Entre ambas capas, marinos de cara pintada y uniforme apuntando a mamá y hermanita. El viejo puerto de testigo.

El segundo golpe fue el de 1983. Nueva hermana comenzando a crecer, recién conociendo Chile y guardando el exilio en mi silencio. El calor de los abuelos, la brisa viñamarina y spots de televisión celebrando la "gesta libertadora" del once. Adentro, el alemán chilenizado, afuera, crisis, cacerola, rebelión y represión.

El tercer golpe ya fue en Santiago. 1993, la universidad, la democracia, ejercicios de enlace, dirigencia estudiantil, todo pasando adentro, algo menos que todo, pero casi, pasando afuera.

El cuarto golpe, el de 2003. 30 años, apertura de Morandé 80. Un libro, cambios de casa, ya casado, con hija violinista creciendo, familia en expansión. A través de la sociología se van hilando las piezas del rompecabezas nacional futuro pero el pasado no termina de pasar.

Y el quinto, el de hoy y mañana. El que está por construirse. El que gracias a la memoria colectiva de las nuevas generaciones, independientemente de puntos de vista, pugna para que esta historia no se repita, para construir la patria justa de todos. Para que la sangre derramada no haya sido en vano y, ahora sí, las anchas alamedas se abran.