viernes, 31 de diciembre de 2010

Del 2010 al 2011: "tire pa'lante, que empujan atrás..."

Ya no recuerdo quien, cuando ni cómo me dijo alguna vez que en todo lo que pasaba el primer día del año hay una sinopsis de lo que se viene en los 12 meses siguientes.

El 2010 me confirmó que algo de cierto puede haber.

El primer día del año que despedimos, cuando las visitas ya se habían ido de casa, estaba yo cerca de las 3 de la mañana, contento, lavando y secando platos, cubiertos, vasos y copas... copas, copas, copas... y en cosa de segundos, de tanto entusiasmo, presioné con demasiada fuerza la que tenía en mi mano.

El destino hizo el resto del trabajo. Sentí un trozo de la copa rota incrustarse en mi dedo medio, luego mirar el paño de cocina entintarse lentamente, despejar el área afectada, quitar el objeto extraño y constatar el chorro de sangre que emanaba sin parar de la herida, como en una manguera regadora. La camisa blanca manchada de rojo, el sangramiento que no paraba... y partimos con Andrea y Marifer a urgencia de la posta de Ñuñoa.

Luego de esperar, tres y media de la mañana, la enfermera me hace la curación respectiva de primeros auxilios, y me dice que probablemente me harían puntos, idea que luego el doctor descartó. Me despedí de aquel lugar con una venda gigante en el dedo y no sin antes abrazar al personal de salud que me atendió, deseándoles un feliz año nuevo a todos (no por una pinche herida iba a dejar de celebrar! además, pese al dolor, seguía contento).

A las pocas semanas, la herida cicatrizó, pero me quedó la marca y perdí algo de sensibilidad en una zona del dedo hasta el día de hoy, cosa que en todo caso felizmente no me impide tocar la guitarra.

Quien se iba a imaginar que simplemente había asistido a un resumen compacto de lo que se venía el 2010. Ya pasó, acá seguimos, pero las marcas, la experiencia y las huellas del pasado quedan por siempre. Como la marca en mi dedo.

El pasado, lejos de borrarse, se incorpora (como canta Pablito Milanés). Ha llegado el momento de despedirlo y comenzar de nuevo. Porque, como bien canta Serrat, "y bueno pues, adios ayer... y cada uno a lo que hay que hacer!"

Feliz Año Nuevo!